El trabajo de campo es uno de los aspectos clave del proyecto SUSTAvianFEED. De hecho, los productores son uno de los principales objetivos de las actividades del proyecto, no sólo para promover una nueva dieta sostenible en la avicultura, sino también como protagonistas activos del cambio, cuyos conocimientos y experiencia representan un bagaje único e indispensable para un resultado óptimo.
En este contexto, también la Universidad EGE, el socio del proyecto que se centrará en la producción de carne utilizando una raza local y que también tiene la responsabilidad de la evaluación económica de las actividades piloto y ser el socio corresponsable del análisis social de la evaluación del consumidor del producto final, llevó a cabo algunas entrevistas con algunos pequeños productores locales de aves de corral (Turquía) que participan en el proyecto.
En Turquía, el 80-90% de la producción de carne de pollo es suministrada por empresas integradas. Además, hay pequeños productores de pollos de engorde y fábricas de piensos que suministran alimentos a estos pequeños productores. Así, se atendió a entrevistas semiestructuradas a empresas integradas de pollos de engorde, a empresas de pollos de engorde y a empresas privadas productoras de piensos. Las reuniones de entrevistas semiestructuradas se planificaron para evaluar las dietas estándar y sostenibles, y para revelar las actitudes de los entrevistados, sus preferencias hacia los ingredientes y su aceptación de las fórmulas alternativas de dietas sostenibles, aprovechando sus conocimientos y experiencia.
En el marco del proyecto SUSTAFEED, se diseñan dos dietas sostenibles alternativas con menor impacto ambiental que una estándar. Durante las entrevistas, se pregunta a los productores de pollos de engorde y de piensos su opinión sobre las dietas estándar y sostenibles presentadas.
Los productores han reflexionado principalmente sobre la dieta estándar existente. Dado que actualmente no existe ninguna alternativa a la soja en términos de contenido de nutrientes, los productores de pollos de engorde piensan que no pueden conseguir el mismo rendimiento con otros ingredientes. Pero cualquier alternativa es bienvenida, ya que la soja se importa, lo que hace que los productores sufran frecuentes crisis de precios y disponibilidad.
La proporción media de soja y maíz en la dieta de arranque de los pollos de engorde se estima en un 33,64% y un 52,00%, respectivamente. Mientras que la mayor parte de la soja utilizada en la dieta se suministra a través de la importación, la parte del maíz importado sólo representa el 6,00%. Esto significa que entre el 11 y el 12% del maíz de la dieta de inicio es importado.
La preocupación por el impacto medioambiental del uso de dietas con alto contenido de ingredientes importados se encuentra en un nivel medio. Los productores subrayaron más bien su preocupación por el aumento de los precios de los piensos (debido a las frecuentes variaciones de los tipos de cambio y a los cambios de otros factores macroeconómicos) y a la probable falta de disponibilidad de los ingredientes de los piensos
En cambio, en relación con las dos dietas propuestas por el proyecto, los productores consideran que el contenido de nutrientes, la disponibilidad y el precio de los ingredientes alternativos son más importantes que la sostenibilidad medioambiental. Aunque les parece interesante reducir el impacto medioambiental, los factores económicos pasan a primer plano. Parece que la aceptación de dietas alternativas sostenibles por parte de los productores dependerá en gran medida de factores económicos.
Se ha afirmado que si la reducción del impacto ambiental aumenta el coste de los piensos, este aumento debería reflejarse en el precio de la carne. Se cree que -aunque se trate de un grupo reducido- habrá consumidores que estén dispuestos a pagar este sobreprecio, sobre todo si se les comunica con precisión la característica ecológica del producto.
Los entrevistados se muestran también bastante dispuestos a introducir insectos en la dieta de sus polluelos. La larva de insecto se considera una fuente de proteínas alternativa.
La aceptación por parte del consumidor de la inclusión de larvas de insectos en los piensos para pollos de engorde no parece ser un problema importante para el productor. Los productores son bastante optimistas en cuanto a la probabilidad de que los consumidores se preocupen por la introducción de insectos en la dieta de los pollos. Sin embargo, han puesto un cierto nivel de incertidumbre en este tema. La mayoría de ellos coincidió en que la percepción de los consumidores dependería de los esfuerzos de promoción.
Por otro lado, hay dudas sobre su precio, coste y suministro.
Su preocupación por el uso de los insectos también iba más bien por el lado de los factores económicos, como los costes y la disponibilidad en grandes cantidades. Uno de ellos también recordó que la proteína de los insectos no se aceptaba en el etiquetado de Helal, lo que podría impedir que pudieran exportar productos avícolas a los países musulmanes, que constituyen el principal mercado de Turquía. Por lo tanto, se subraya la necesidad de eliminar estos obstáculos.
En general, los productores entrevistados apoyan la idea de una reducción importante de la harina de soja en la dieta hasta un nivel medio. Por otra parte, sus opiniones sobre este tema varían mucho entre los individuos. Las actividades piloto están a punto de comenzar sobre el terreno, por lo que los resultados no tardarán en llegar.
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